
La velocidad en que las tecnologías de la información han irrumpido en la vida de todas las personas ha hecho que sea necesario implementar políticas y legislaciones en este ámbito. Las empresas necesitan tener la seguridad de que sus datos corporativos, sus redes de correo electrónico y otras plataformas no serán de acceso a cualquier persona.
El tema de la privacidad es prioritario para las empresas. Muchas de éstas manejan información personal de sus clientes, tal como número de pasaporte, documentos de identidad y otros. En la web incluso es posible obtener otro tipo de información de los usuarios, como sus hábitos de navegación, a través del uso de un spyware (programa espía sin consentimiento del usuario).
En los medios de comunicación y redes sociales se habla a menudo del “tráfico de información” de personas entre las empresas, y a menudo se escuchan casos de demandas de usuarios hacia las empresas debido a que han manejado y obtenido información privada de ellos sin su autorización. Sin embargo, el riesgo de que la información personal sea vulnerada está siempre presente al navegar en la web. El fácil acceso a plataformas web viene acompañado de una alta probabilidad de que la privacidad se vea atentada. Por ejemplo, los derechos de autor sean fácilmente violados, abriendo posibilidades para robo de propiedad intelectual ajena (especialmente de aquellos en formatos digitales, software independiente no registrado, media digital como música, imágenes, fotos, etc), pasando por robos y estafas en cuentas bancarias, e incluso llegando al robo de identidad.
La constitución vigente de nuestro país, dentro de los derechos fundamentales, consagra el respeto a la propiedad privada. Sin embargo, no existen legislaciones para casos específicos de violación de privacidad dentro de las tecnologías de la información.
Aun así, bajo este contexto, la protección de la privacidad ha ido evolucionando con los tiempos actuales. Esto no tan sólo de parte de los departamentos policiales, sino que de las mismas empresas que cada vez más han tenido que saber resguardar tanto su propia información como la de sus usuarios, como por ejemplo el nivel de seguridad avanzado con el que cuentan los sitios web de los Bancos a nivel nacional, etc.
Una de estas medidas es la contratación de seguridad ISP, especialmente para aquellas empresas que prestan servicios online o utilizan mucho de internet para realizar sus actividades, que garantiza disponibilidad, integridad, confidencialidad y sobre todo seguridad. En estos aspectos, el servidor proveedor de internet debe ser capaz de garantizar estos aspectos, en un entorno donde la información fluye ininterrumpidamente a velocidades cada vez más altas, y con un tráfico de ésta cada vez mayor. El poder mantener un servicio íntegro, confidencial y disponible siempre se vuelve un reto al momento de tener que superar las constantes vulnerabilidades que se van descubriendo día a día.
Este tipo medidas son extremadamente necesarias para así no perder credibilidad y confianza, valores tan apreciados hoy en día cuando las advertencias sobre el uso cuidadoso de las cuentas, claves, datos personales, y el “cibercrimen” son ya casi pan de cada día.
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